Gestión de dispositivos IoT

El proceso de conectar sus dispositivos a la Web. Un aprovisionamiento inteligente y seguro acelera la comercialización y evita los riesgos relacionados con ataques hostiles. Si se pasa por alto, puede tener graves consecuencias para el éxito del proyecto. Una parte indispensable del aprovisionamiento es la autenticación de dispositivos. Consiste en establecer una conexión segura entre el dispositivo y un servicio IoT o una plataforma IoT. Como parte de ese proceso, el dispositivo presenta las credenciales al servidor y, en caso de que sea de confianza, recibe más datos de configuración. Dependiendo de las particularidades de la implementación, los detalles del proceso pueden variar, pero suelen incluir métodos de autenticación como certificados de dispositivo o claves precompartidas.

En la mayoría de los casos, los dispositivos inteligentes, sensores u otros equipos conectados a Internet vienen con una preconfiguración genérica proporcionada por sus fabricantes. Esto significa que corresponde al proveedor de servicios configurar la flota en función de la especificidad del despliegue, como la ubicación de instalación de los dispositivos y el papel que desempeñarán dentro del ecosistema emergente de IoT. Por lo tanto, uno de los factores clave para gestionar con éxito los activos IoT es poder ajustar los dispositivos suministrados más allá de su configuración predeterminada. Un mecanismo de configuración flexible e intuitivo debería permitirle diseñar el comportamiento de su flota inteligente no solo en los momentos en que los dispositivos funcionan según lo previsto, sino también para reaccionar sobre la marcha en caso de que se produzca algún fallo sobre la marcha.

El proceso de conectar sus dispositivos a la Web. Un aprovisionamiento inteligente y seguro acelera la comercialización y evita los riesgos relacionados con ataques hostiles. Si se pasa por alto, puede tener graves consecuencias para el éxito del proyecto. Una parte indispensable del aprovisionamiento es la autenticación de dispositivos. Consiste en establecer una conexión segura entre el dispositivo y un servicio IoT o una plataforma IoT. Como parte de ese proceso, el dispositivo presenta las credenciales al servidor y, en caso de que sea de confianza, recibe más datos de configuración. Dependiendo de las particularidades de la implementación, los detalles del proceso pueden variar, pero suelen incluir métodos de autenticación como certificados de dispositivo o claves precompartidas.

En la mayoría de los casos, los dispositivos inteligentes, sensores u otros equipos conectados a Internet vienen con una preconfiguración genérica proporcionada por sus fabricantes. Esto significa que corresponde al proveedor de servicios configurar la flota en función de la especificidad del despliegue, como la ubicación de instalación de los dispositivos y el papel que desempeñarán dentro del ecosistema emergente de IoT. Por lo tanto, uno de los factores clave para el éxito de la gestión de los activos IoT es poder ajustar los dispositivos suministrados más allá de su configuración predeterminada. Un mecanismo de configuración flexible e intuitivo debería permitirle diseñar el comportamiento de su flota inteligente no solo en los momentos en que los dispositivos funcionan según lo previsto, sino también para reaccionar sobre la marcha en caso de que se produzca algún fallo sobre la marcha.

Pensando en cualquier empresa IoT en un panorama más amplio, lo que debe tenerse en cuenta es qué ocurre con todos los dispositivos sobre el terreno tras la finalización satisfactoria del proyecto o con un único dispositivo cuando llega al final de su vida útil. En caso de sustitución de dispositivos, debe garantizarse un entorno adecuado para el despliegue de nuevos dispositivos. Por otra parte, cuando se trata de retirar gradualmente un proyecto inteligente, los esfuerzos de desmantelamiento deben orquestarse adecuadamente para evitar fugas de datos, paradas del sistema y situaciones de agentes malintencionados que acceden a los dispositivos debido a un compromiso del sistema. Como puede verse, al tratarse de una cuestión de seguridad, la gestión del final de la vida útil es una parte esencial de la gestión de los dispositivos inteligentes a lo largo de su ciclo de vida; para más información, consulte nuestra entrada de blog sobre la gestión del ciclo de vida de los dispositivos IoT.